S. Crisógono, mártir de Aquileia y SS. Andrés Dũng Lạc, sacerdote, y Compañeros, mártires

Según las fuentes más acreditadas, Crisógono fue un soldado romano que se convirtió al cristianismo y se hizo sacerdote. En Roma, sin embargo, había ejercido el cargo de Vicario durante dos años, por lo que en lugar de ser arrestado a causa de la persecución de Diocleciano, fue confinado en la casa del noble Rufino y gracias a Crisógono recibió la Buena Nueva de Jesús muerto y resucitado logrando también la conversión de toda su familia a la fe cristiana. Al santo se le atribuye también el haber anunciado el evangelio de Jesucristo a Anastasia, hija del ilustre Pretestato y esposa de Publio, que la había segregado en su propia casa a causa de su fe en Cristo. Anastasia, que con la ayuda de un viejo sirviente se las arreglaba para escapar de casa de vez en cuando para llevar conforto y alimientos a los prisioneros cristianos, inició una correspondencia epistolar con Crisógono, que la animó a seguir dando testimonio de su fe firme y de su eximia caridad.

Martirio en Aquilea

Por orden del emperador, Crisógono fue enviado a Aquilea, donde se le ofreció la prefectura y el consulado con la condición de que dejara de evangelizar y aceptara abjurar de su fe, pero él, por supuesto, se negó y fue condenado a ser decapitado. La sentencia se ejecutó el 24 de noviembre de 303 en Acquae Gradatae, un lugar atravesado por la Vía Gemina, a unas doce millas de la ciudad. Una leyenda muy fantasiosa añade que su cuerpo, abandonado a orillas del mar, fue recuperado por tres mujeres cristianas, Quione, Agapé e Irene, que vivían no muy lejos asistiendo al viejo sacerdote Zoilo en una propiedad llamada Ad Saltus, donde le dieron al santo mártir una honrosa sepultura.

Otras dos hipótesis sobre la identidad del mártir

Según otra leyenda, Crisógono era en cambio oriundo de Aquilea y amigo de los hermanos Cancio, Canciano y Cancianila, que también fueron santos mártires bajo Diocleciano. Finalmente, según otras fuentes, Crisógono habría sido el obispo de la ciudad de Aquilea, que vivió entre finales del siglo III y principios del IV. Es claro que las distintas fuentes con las que se ha compuesto la biografía de san Crisógono no coinciden, pues añaden o excluyen detalles poco compatibles. Lo único cierto es que efectivamente fue martirizado por odio al evangelio de Cristo, por orden de Diocleciano, en Aquilea en el año 303.

SS. Andrés Dũng Lạc, sacerdote, y Compañeros, mártires

El cristianismo en Vietnam llegó a principios del siglo XVI gracias al padre Alejandro Rhodes, un jesuita francés considerado como el Apóstol de la joven Iglesia asiática todavía dividida en las tres regiones de Tonkín, Annam y Cochinchina. Sin embargo, ya en 1645 fue expulsado y desde entonces y durante los siglos siguientes la situación para los cristianos del país fue siempre muy difícil debido a la sucesión de olas de persecución que se alternaban con breves períodos de paz.

«Tran, yo te bautizo con el nombre de Andrés»

Tran An Dung nació en Bac Ninh en 1795 en una familia tan pobre que para asegurar su supervivencia se vieron obligados a confiarlo al cuidado de un catequista católico. Educado en la fe y bautizado con el nombre de Andrés, el futuro mártir fue ordenado sacerdote en 1823. Se convirtió en pastor asistente en Dong-Chuoi, y se destacó por su estilo sencillo y cordial, por su asistencia activa a los pobres y por su sobriedad en todas las cosas. En 1833, después de haber terminado de celebrar la Eucaristía, los guardias imperiales lo arrestaron por primera vez. Rescatado con el pago de una fuerte suma de dinero recolectada de los fieles, decidió cambiar su nombre de Dung a Lac para ser menos notado y se aventuró en las provincias más peligrosas de Hanoi y Nam-Dihn para evangelizar a esas poblaciones.

Encarcelamiento y martirio

A finales de 1839 Andrés fue arrestado por tercera vez junto con su hermano Pedro. Entonces empezó a entender que su vocación era el martirio: el Señor le pedía que ofreciera su vida por la salvación de sus hermanos y que lo acompañara en el don total y confiado al Padre sobre la Cruz, como hizo Jesús. Así que pidió a su obispo que no pagara el rescate por su liberación. Durante su traslado a la prisión de Hanoi, muchos fieles lo acompañaban llorando pero él los animaba a todos, exhortándoles a que continuasen viviendo de acuerdo a las enseñanzas del evangelio y de la Iglesia. En la nueva prisión, se le pidió a los dos sacerdotes que abjuraran y pisotearan a Jesús en la cruz. En respuesta, se arrodillaron y lo besaron. Para ellos, por lo tanto, la sentencia sólo podía ser de muerte, que se llevó a cabo por decapitación el 21 de diciembre, a las afueras de la ciudad, en la puerta de Cau-Giay.

Vietnam bautizado en la sangre de miles de mártires

De 1645 a 1886, se emitieron 53 edictos contra los cristianos en Vietnam, que llevaron a martirizar hasta 113.000 creyentes. Ante la firmeza de tantísimos mártires de la fe, la feroz monarquía vietnamita finalmente cedió a sus crueldades, contentándose con imponer sólo la dispersión y la confiscación de los bienes del creciente número de convertidos a la fe cristiana. El primer grupo de 64 mártires fue beatificado por León XIII en 1900. Pío X le siguió, beatificando a otros tres grupos, incluyendo a los dominicos: dos en 1906 y otro en 1909. Finalmente, Pío XII beatificó a un quinto grupo en 1951. Finalmente, con un decreto de 1986, la Iglesia unió todos estos grupos distintos en uno solo compuesto por 117 mártires -incluidos sacerdotes, religiosos y laicos- que fueron canonizados por Juan Pablo II en 1990. A la cabeza de este numeroso grupo está San Andrés Dung-Lac, que es probablemente la figura más conocida. De estos 117, 96 son de nacionalidad vietnamita; entre los demás hay 11 españoles pertenecientes a la Orden de Predicadores y 10 franceses de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París.

  • Luciano Gonzalez

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