Evangelio del día: Viernes de la 6a semana de Pascua

Evangelio según San Juan 16,20-23a.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.»
La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo.
También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar.
Aquél día no me harán más preguntas.»
 
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
 

San Teodoro el Estudita (759-826) monje en Constantinopla

Catequesis (Les Grandes Catéchèses, coll. Spiritualité orientale n° 79, Bellefontaine, 2002), trad. sc©evangelizo.org

“Esa tristeza se convertirá en alegría” (Jn 16,20)

Ustedes lo saben bien, las penas dan a luz al reposo, a las aflicciones siguen las alegrías y los gemidos amamantan los placeres del alma. Los desfiladeros estrechos dan lugar a los espacios libres; hambre, ayunos y gargantas cerradas originan coros eternos; sed y boca quemante hacen que surja el agua para la Vida eterna, cómo dice el Señor (Jn 4,14). Con las palabras del salmista “Los que siembran entre lágrimas, cosechan en la alegría” (Sal 125,5). Bienaventurado es “todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica” (cf. Mt 7,24). Pero “el hombre insensato no conoce y el necio no entiende estas cosas” (Sal 91,7). (…) Si, ustedes son prudentes y sensatos, sabios e inteligentes, capaces de reflexionar y, a causa de eso, ustedes han llegado a ciertas virtudes y otras las alcanzarán, no han terminado todavía de alcanzarlas todas. Permanezcamos entonces firmes en el combate, hermanos míos, y continuemos a buscar en los abismos de la perseverancia. Lo sé. Portaremos la corona, habitaremos en el cielo y seremos plenos de alegría en ese lugar donde estuvieron dolor, tristeza, gemidos (cf. Is 35,19; 51,11). Tengan fuerza y energía y que la lámpara de su ardor brille, alimentado de este aceite que es la fuerza del alma (cf. Mt 25,8-12).

  • Luciano Gonzalez

    Locutor- Productor- Editor

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