Evangelio según San Lucas 21,12-19.
«Los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre,
y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa,
porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán.
Serán odiados por todos a causa de mi Nombre.
Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza.
Gracias a la constancia salvarán sus vidas.»
¡Cantemos Aleluya en medio de las pruebas!
Cantemos aquí, aún preocupados, el Aleluya, para poder cantarlo en lo Alto, en la paz., ¿Por qué preocupados aquí? ¿Cómo quieres que no esté preocupado cuando leo “Acaso no es una tentación la vida humana sobre la tierra” (cf. Jb 7,1)? ¿Cómo quieres que no esté preocupado si debemos decir en la oración “No nos dejes caer en la tentación”?… ¿Cómo decir que el pueblo se halla en el bien, si grita conmigo “Líbranos del mal”? (Mt 6,13). Pero nosotros y los demás cantemos el Aleluya aún aquí, en medio de peligros y tentaciones. “Fiel es Dios, que no permitirá que sean tentados por encima de sus fuerzas”, dice el Apóstol. Entonces, cantemos también aquí el Aleluya. El hombre es todavía culpable, pero Dios es fiel. El Apóstol no dice: “No permitirá que sean tentados”, sino “Dios en el momento de la tentación les dará un medio para liberarse de ella” (1 Cor 10,13).¿ Has entrado en tentación? Dios te dará la salida. Como la vasija del alfarero, has de ser modelado mediante la predicación y cocido por la tribulación. Cuando entres en la prueba, piensa en la salida, ya que “Dios es fiel, el Señor guardará tu entrada y tu salida” (Sal120,8).







San Agustín (354-430)
obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia