
Las Naciones Unidas y varios países, condenaron este ataque, el primero de este tipo en la capital siria desde que las fuerzas dirigidas por islamistas radicales derrocaron al entonces presidente Bashar al Asad el 8 diciembre de 2024.
«Un atacante suicida afiliado al grupo terrorista Dáesh (Estado Islámico) entró a la iglesia de San Elias, abrió fuego y luego se hizo explotar con un cinturón explosivo», indicó el Ministerio del Interior en un comunicado.
Al menos 22 personas murieron y 63 resultaron heridas, según un saldo actualizado del Ministerio de Salud citado por la agencia SANA.