Luciano Gonzalez
Zenit Noticias/ Otawwa 02/03/2025.- El alboroto mundial en torno a las tumbas sin marcar comenzó en 2021 cuando la Primera Nación Tk’emlúps te Secwépemc afirmó haber descubierto 215 lugares de enterramiento en la antigua Escuela Residencial Indígena de Kamloops. Sin embargo, la reclamación se basó únicamente en escaneos de radar de penetración terrestre, que detectan alteraciones del suelo pero no confirman la presencia de restos humanos. En los años posteriores, la reclamación se revisó de «215 tumbas» a «200 entierros potenciales», sin que ninguna excavación aportara más claridad.
El gobierno canadiense ha retirado discretamente la financiación de un comité que investiga tumbas sin marcar cerca de antiguas escuelas residenciales después de que años de costosas investigaciones no lograran producir pruebas físicas de restos humanos. La decisión ha reavivado el debate sobre la verdad detrás de una de las narrativas más políticamente cargadas de Canadá y el papel del gobierno y las instituciones religiosas en la historia del país.
Millones gastados, ningún resto encontrado
El Comité Asesor Nacional sobre Escuelas Residenciales, Niños Desaparecidos y Entierros Sin Marcar (NAC, por sus siglas en inglés) anunció a mediados de febrero que estaba «extremadamente decepcionado» por la decisión del gobierno federal de retirar el apoyo financiero. El comité, que estaba gestionado conjuntamente por el Centro Nacional para la Verdad y la Reconciliación y el Departamento de Relaciones Corona-Indígenas, había sido encargado de ayudar a las comunidades indígenas a localizar y conmemorar a los niños que supuestamente desaparecieron de las escuelas residenciales.
A pesar de los millones de dólares asignados a la iniciativa, no se han encontrado cuerpos en las tierras asociadas a estas escuelas ordenadas por el gobierno, muchas de las cuales eran operadas por iglesias católicas y anglicanas. La financiación inicial para el proyecto, presupuestada en 2022, expiraba en 2025, con aproximadamente 216,5 millones de dólares ya gastados. Cabe destacar que los 7,9 millones de dólares dedicados al trabajo de campo aún no han producido ningún descubrimiento físico.
La reclamación de Kamloops y sus consecuencias El alboroto mundial en torno a las tumbas sin marcar comenzó en 2021 cuando la Primera Nación Tk’emlúps te Secwépemc afirmó haber descubierto 215 lugares de enterramiento en la antigua Escuela Residencial Indígena de Kamloops. Sin embargo, la reclamación se basó únicamente en escaneos de radar de penetración terrestre, que detectan alteraciones del suelo pero no confirman la presencia de restos humanos.
En los años posteriores, la reclamación se revisó de «215 tumbas» a «200 entierros potenciales», sin que ninguna excavación aportara más claridad. Sin embargo, los medios de comunicación y las figuras políticas amplificaron las acusaciones iniciales, lo que provocó una indignación pública generalizada.
A raíz de estos informes, 112 iglesias, muchas de ellas al servicio de comunidades indígenas, fueron vandalizadas, profanadas o quemadas en todo Canadá, y la mayoría de los ataques tuvieron como objetivo iglesias católicas.
La postura de Trudeau y la desinformación constante
A pesar de la falta de pruebas físicas confirmadas, el primer ministro Justin Trudeau ha seguido afirmando públicamente que se han descubierto tumbas sin marcar. En junio de 2024, reiteró esta afirmación, lo que alimentó la controversia y las críticas. El sistema de escuelas residenciales, que funcionó desde fines del siglo XIX hasta que cerró la última escuela en 1996, fue una iniciativa gubernamental diseñada para asimilar a los niños indígenas a la sociedad occidental. Si bien las organizaciones religiosas, en particular la Iglesia Católica, administraban muchas de estas instituciones, las escuelas fueron establecidas y financiadas por el gobierno federal.
Se produjeron muertes trágicas dentro del sistema, pero la evidencia histórica sugiere que muchos niños sucumbieron a enfermedades como la tuberculosis, agravadas por la financiación gubernamental inadecuada para la atención médica y el saneamiento.
Un juez jubilado de Manitoba, Brian Giesbrecht, criticó a la administración de Trudeau en octubre de 2024, afirmando que los canadienses estaban siendo «engañados deliberadamente por su propio gobierno» mientras continuaba impulsando una narrativa que culpaba injustamente a la Iglesia Católica por los «entierros secretos». ¿Una narrativa politizada? Si bien no hay disputa sobre los abusos que tuvieron lugar en algunas escuelas residenciales, las afirmaciones de fosas comunes y entierros ocultos siguen sin probarse.
Los críticos argumentan que las acusaciones no verificadas han alimentado una reacción anticatólica y socavado la precisión histórica. La retirada silenciosa de la financiación por parte del gobierno sugiere un reconocimiento implícito de que la evidencia no ha respaldado las dramáticas afirmaciones realizadas en los últimos años.
