
Los obispos de las diócesis fronterizas de México y Estados Unidos señalaron recientemente que en Estados Unidos existe “un sistema migratorio roto que no responde a la realidad” y exigieron que la clase política cumpla con su responsabilidad de reformarlo.
Esta declaración se realizó al cierre de la reunión bianual de obispos de las diócesis fronterizas entre México y Texas, celebrada del 26 al 28 de febrero en San Antonio, Texas. Durante este encuentro, que tiene lugar desde hace 40 años, se enfocaron en la situación de los migrantes y refugiados.
El evento se realizó en un contexto de endurecimiento de las políticas migratorias de la administración de Donald Trump que incluye la declaración de emergencia en la frontera sur, medidas que afectan directamente a México.
Entre estas acciones, la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (Red Clamor) ha denunciado el despliegue militar en la frontera entre ambos países, así como las redadas masivas en escuelas, iglesias y hospitales.
Además, Estados Unidos ha suspendido la aplicación CBP One, utilizada por miles de solicitantes de asilo, restablecido el programa “Permanecer en México” y eliminado derechos como la ciudadanía automática por nacimiento.
La Iglesia Católica continuará con su compromiso
En su declaración conjunta, leída ante los medios de comunicación, los obispos de ambos países dirigieron un mensaje a los migrantes y refugiados en el que les aseguraron que la Iglesia Católica “y sus agencias siguen comprometidas con la misión de anunciar el Evangelio, dando testimonio vivo de la caridad del Señor Jesús al servir a todas las personas con dignidad y compasión”.
Los obispos aseguraron que continuarán apoyando a los migrantes a través de “procesos de acogida, protección, promoción e integración de los vulnerables, incluyendo la colaboración en el reasentamiento de refugiados para lograr su autosuficiencia”.
Además, reiteraron que la Iglesia Católica ha sido y seguirá siendo un “aliado confiable de nuestros gobiernos, de nuestros pueblos y, en especial, de todos los necesitados”, e hicieron un llamado a la corresponsabilidad en la promoción del bien común.
“Debemos salvaguardar la dignidad de todos, encontrando un balance justo entre diversos derechos humanos: el de los trabajadores y sus familias a la regularización, el derecho a no ser explotado, el derecho a migrar, el derecho a no tener que migrar y el derecho de todos a que su gobierno garantice la seguridad en su propio país”, expresaron.