India: las Hermanas de Tamil Nadu atienden a víctimas de violencia y abusos

En el estado de Tamil Nadu, en el sur de la India, la hermana Johncy Nambikairaj y sus hermanas atienden a chicas que han sido víctimas de abusos y se dedican a la prevención y la sensibilización. No es una misión fácil.

Anne Preckel – Ciudad del Vaticano

Las supervivientes de abusos le dicen a menudo: “No sé por qué la gente me rechaza y por qué ahora me miran de otra manera. No me aceptan. No he hecho nada”, relata la monja india Johncy Nambikairaj en una entrevista con Vatican News. A menudo  las víctimas y sus familias quienes son estigmatizadas cuando la gente se entera de los abusos.

La hermana Johncy es trabajadora social y trabaja con niños y niñas procedentes de entornos pobres en la comunidad de Gudalur, en una región montañosa del estado indio de Tamil Nadu. “Algunos han sufrido diversas formas de abusos, físicos, mentales, sexuales. Tenemos un hogar para ellos, nos ocupamos de ellos y también les proporcionamos primeros auxilios. Cuando acuden a nosotras, les ofrecemos asesoramiento en varias fases”, explicó la monja de las “Hermanas de la Caridad de María Niña” (SCCG), orden religiosa fundada en Lovere (Italia) en 1832.

La pobreza y el abandono son el caldo de cultivo de los abusos, informa la hermana Johncy sobre las circunstancias sociales. “Estas niñas no tienen la intimidad necesaria en casa, y luego está la pobreza. Sus padres las dejan solas porque tienen que trabajar. Las menores sufren abusos, por ejemplo, por parte de vecinos o personas que conocen a la familia”. Tamil Nadu es uno de los estados más industrializados de India y relativamente próspero. Sin embargo, existen desigualdades sociales y problemas como el trabajo infantil, la desnutrición, el desempleo y los abusos.

Una injusticia que no se nombra ni castiga

“Los niños que han sufrido abusos están rotos por dentro”, dice la trabajadora social. “Por fuera parece que todo va bien. Pero cuando te acercas a ellos, te das cuenta de lo profundamente heridos que están”. La hermana Johncy cuida actualmente de 50 niñas, muchas de las cuales son huérfanas o semihuérfanas. La congregación no puede ofrecer ayuda terapéutica, pero sí alojamiento y educación. Otras, por desgracia, tienen que ser enviadas a casa, donde a menudo no están seguras. Para llegar a las víctimas, la congregación también colabora con la línea ChildLine 1098, donde las víctimas y los ciudadanos de “buen corazón” pueden denunciar casos de abusos.

La hermana Johncy explicó que los abusos siguen siendo todavía un tabú social en India y que éste es uno de los mayores retos de su trabajo para los afectados. Si hablar de lsexualidad es una vergüenza, para muchos es aún más difícil hablar de violencia sexual y, por tanto, no se denuncia: “En nuestra cultura no hablamos de estas cosas”, resumió la mujer india. Esto dificulta la prevención y hace que los afectados y las familias sufran aún más, sobre todo cuando la injusticia no se nombra ni se castiga, sino que tiende a ocultarse.

La violencia contra niñas y mujeres es un problema enorme en India, como demuestran las estadísticas. La mayoría de los casos se producen en el hogar, donde el número de delitos no denunciados es aún mayor. Para contrarrestarlo, en verano de 2024 entró en vigor un nuevo código penal. Entre otras cosas, prevé una tramitación más rápida de los casos por parte de la policía y los tribunales.

La Iglesia comprometida contra los abusos

La Iglesia católica india se esfuerza cada vez más por concienciar sobre el problema y combatir los abusos. En otoño de 2023, la hermana Johncy fue enviada a Roma para recibir formación sobre salvaguardia en el Instituto del IADC de la Pontificia Universidad Gregoriana. Ahora ha incorporado lo aprendido en Roma a su trabajo en la India.

La religiosa también se dedica a sensibilizar a las escuelas y a los refugiados que están expuestos a grandes riesgos. Nos cuenta que ha habido algunos avances: “Desde que estamos sensibilizando, hay más padres que hablan del problema, no en todas partes, pero en algunos casos, poco a poco, lo hacen más. Enseñamos a los niños a hablar y a los padres a escuchar. Aún queda mucho por hacer, pero vemos un lento progreso”.

Aunque la Iglesia católica en India es minoritaria (menos del 2% de la población), su influencia en los sectores social, educativo y sanitario es importante. A través de su red, la Iglesia tiene un enorme potencial en el ámbito de la incidencia política, no sólo en el país más poblado del mundo, India, sino en todo el mundo.

 

 

  • Luciano Gonzalez

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