
El episcopado mexicano rechaza la expansión de estos campos, originados por el crimen organizado, y renueva su compromiso de ser voz de los que no tienen voz: «Ofrecemos nuestra participación en espacios de diálogo y colaboración para atender esta crisis humanitaria, acompañar a las víctimas y contribuir a la reconstrucción del tejido social tan lastimado por estos actos de violencia extrema».
Ciiudad de México.- El hallazgo de un campo de exterminio y entrenamiento del crimen organizado en Teuchitlán, en el estado mexicano de Jalisco, que incluye crematorios clandestinos, «constituye una de las expresiones más crueles de maldad y miseria humana que hemos presenciado en nuestro país». Con estas palabras contundentes lo denuncia la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en una nota publicada el miércoles 12 de marzo de 2025.
La CEM manifiesta su preocupación por la existencia de muchos lugares como ese en el país, «en los que se han cometido los más graves delitos contra la humanidad». Incluso hace notar que dichos actos atentan directamente contra la dignidad de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios.
El episcopado critica la «omisión irresponsable» de las autoridades gubernamentales frente al aumento de desapariciones forzadas que han incrementado en un 40% mientras que los homicidios dolosos se redujeron en un 15%. Esta contradicción, afirman los obispos, revela una falta de respuesta efectiva por parte del gobierno y una política de encubrimiento ante la crisis que afecta principalmente a los jóvenes.
La Iglesia reconoce y elogia la valiente labor de las madres buscadoras y diversas organizaciones civiles que, con determinación, han logrado avances en la localización de personas desaparecidas. Los obispos hacen un llamamiento a la sociedad para fortalecer el apoyo a estos colectivos y exigen a las autoridades investigar los hechos con transparencia y eficacia. Además, instan a implementar políticas efectivas para prevenir estos crímenes y a romper cualquier vínculo entre el crimen organizado y sectores políticos.
La Iglesia Católica en México renueva su compromiso de ser una voz para los que no tienen voz y de colaborar incansablemente en la construcción de un país donde prevalezca la justicia, la verdad y el respeto a la dignidad humana. En este tiempo de Cuaresma, invita a los fieles a intensificar la oración por las víctimas de desaparición y a solidarizarse activamente con los colectivos de búsqueda.
En este contexto, la Arquidiócesis Primada de México invita a una santa misa por las personas desaparecidas y las familias buscadoras, pidiendo ser sensibles ante la situación que viven miles de personas en México. La eucaristía, presidida por el Obispo Auxiliar, Monseñor Javier Acero Pérez, tendrá lugar el sábado 15 de marzo a las 15:00 en la Catedral Metropolitana.
Asimismo, la «Asociación Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco» llaman a realizar una manifestación pacífica en la glorieta de los desaparecidos, con la petición de llevar una vela y un par de zapatos en protesta por los desaparecidos. «Seamos la voz de los que callaron», escriben en la convocatoria para el sábado 15 de marzo a las 18:00.