Santos Luis y Celia Martin, un antídoto frente a los falsos modelos de unión

«Entre todas las vocaciones, el matrimonio es una de las más nobles y elevadas», subrayó el Papa León XIV en un mensaje enviado al obispo de Séez, diócesis donde se celebran este 18 y 19 de octubre los 10 años de la canonización de Celia y Luis Martin. Los padres de Santa Teresa del Niño Jesús, «un matrimonio ejemplar» y «profundamente feliz», muestran «en estos tiempos turbios y desorientados» que «la familia, tal como el Creador la quiso», no está «pasada de moda» ni es «aburrida».

Marie Duhamel – Ciudad del Vaticano

Este fin de semana, en el santuario de Alençon, familias, parejas, solteros y niños están invitados a participar en momentos de oración, conferencias y talleres para conmemorar el décimo aniversario de la canonización de Luis y Celia Martin. Su canonización, en octubre de 2015, fue decidida por el papa Francisco durante el Sínodo de los Obispos sobre la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo.

Con motivo de este aniversario, el Papa León XIV se une espiritualmente a los fieles reunidos en la ciudad donde los esposos Martin «alcanzaron la santidad en su vida conyugal». En Alençon, al noroeste de Francia, Celia y Luis se conocieron, se casaron y recibieron con amor a sus nueve hijos. Cinco de sus hijas se hicieron religiosas, y entre ellas se encuentra Santa Teresa del Niño Jesús, la menor, proclamada por Pío XI patrona de las misiones en 1927.

En octubre de 2015, los Martin se convirtieron en el primer matrimonio canonizado como pareja, «un acontecimiento de especial relevancia porque pone de relieve el matrimonio como camino de santidad», escribe León XIV en su mensaje al obispo Bruno Feillet. Para el Papa, entre las vocaciones a las que Dios llama a hombres y mujeres, «el matrimonio es una de las más nobles y sublimes».

Como ya afirmaba el cardenal Martins durante su beatificación en 2008, Luis y Celia comprendieron que podían alcanzar la santidad «no a pesar del matrimonio, sino a través de él, en él y por él», y que su unión debía considerarse «el punto de partida de una ascensión espiritual compartida».

Modelo y apoyo para las parejas de hoy

El Papa desea que este décimo aniversario sirva para dar a conocer mejor la vida y las virtudes de estos esposos y padres «incomparables» de Alençon. Los presenta como «un modelo luminoso y entusiasta» para los novios, así como un apoyo para las familias «a menudo tan frágiles y puestas a prueba».

Al contemplar su estilo de vida cristiana, el Papa subraya que nunca se «retiraron del mundo» en su camino de santidad. Luis y Celia fueron «santos de la puerta de al lado», comprometidos con la sociedad normanda a través de su parroquia, sus profesiones, sus obras de caridad, sus amistades y su vida familiar. En Alençon aún puede verse el entorno cotidiano donde vivieron una existencia «aparentemente ordinaria», pero «habitada por una presencia verdaderamente extraordinaria». «Dios primero servido» fue el lema sobre el cual edificaron toda su vida, recuerda el Santo Padre en su mensaje fechado el 1 de octubre.

El Papa invita a la Iglesia a presentar este matrimonio «ejemplar» a los jóvenes que dudan en lanzarse a «una aventura tan bella», por su fidelidad mutua, su fervor y perseverancia en la fe, y la manera en que educaron a sus hijos y vivieron la caridad y la justicia social. Pero, según el Papa, su testimonio más elocuente es el del «gozo profundo y la felicidad indescriptible que Dios concede, ya en esta vida y para la eternidad, a quienes se comprometen en este camino de fidelidad y fecundidad».

En estos tiempos «turbulentos y confusos», señala el Papa, «en los que tantos falsos modelos de unión —efímeros, individualistas y egoístas, de frutos amargos y decepcionantes— se presentan a los jóvenes, podría parecer que la familia, tal como la quiso el Creador, está pasada de moda o resulta aburrida». Pero no es así, y Luis y Celia Martin son testigos vivos de ello.

El Papa evoca su «profunda alegría»: la de haber dado la vida, transmitido la fe y visto crecer a sus hijas bajo la mirada del Señor. Habla de sus almuerzos después de misa, de sus momentos de oración y de escucha mutua. «¡Qué consuelo es estar juntos en la prueba, unidos a la Cruz de Cristo cuando llega el sufrimiento; y qué esperanza la de reencontrarse un día todos juntos en la gloria del cielo!», exclama León XIV.

Por eso, el Papa anima a los matrimonios a «perseverar con valentía en el camino, a veces difícil y exigente, pero luminoso» que han emprendido. Les pide poner a Jesús en el centro de su familia y de sus decisiones. «Esfuércense en hacer que Él sea amado como lo merece», insiste León XIV; una transmisión de fe que llevó a Santa Teresa a amar profundamente a Jesús y a María.

Finalmente, el Papa encomienda a todas las familias del mundo a la protección de Luis y Celia Martin, y de Santa Teresa del Niño Jesús.

  • Luciano Gonzalez

    Locutor- Productor- Editor

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