Por Walter Sánchez Silva
El sacerdote Edwing Román cuenta cómo es su vida en el exilio, cómo transcurre su día a día; y comparte sus esperanzas para la Iglesia Católica en Nicaragua, que sufre la feroz persecución por parte de la dictadura de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
En declaraciones a ACI Prensa, el sacerdote que ahora es vicario parroquial de Santa Agatha en Miami (Estados Unidos), recuerda que el 3 de agosto cumplió cuatro años de haber salido de Nicaragua al exilio, por ser crítico de la dictadura.
“Mi boleto de avión era por 10 días pero debido a las amenazas directas de Rosario Murillo y de un periodista oficialista amenazando con encarcelarme —y tras ser víctima de mucho asedio, detenciones en las carreteras y montajes para denigrar— decidí quedarme y tramitar mi asilo”, relató.
“Desde entonces estoy en la parroquia Santa Agatha acogido por el párroco Marcos Somarriba y la comunidad. He estado también apoyando a parroquias vecinas”, comenta el sacerdote de 65 años, ordenado el 12 de diciembre de 1990 para la Arquidiócesis de Managua.
Somarriba dialogó recientemente con National Catholic Register, y expresó su preocupación por la persecución contra los católicos en Nicaragua y por el anuncio de la administración Trump de deportar a miles de sus compatriotas nicaragüenses que han estado en Estados Unidos durante décadas.
“Mi pueblo, el pueblo nicaragüense, está atónito. No sabe adónde ir, qué hacer, y creo que el régimen no va a estar abierto a esto”, declaró el sacerdote en agosto. “Desaparecen a la gente, meten a la gente en la cárcel, exilian a la gente y no la dejan regresar al país”, añadió.
Vicario parroquial de Santa Agatha en Miami
El 17 de agosto, el P. Román agradeció en su cuenta de X al Arzobispo de Miami, Mons. Thomas Wenski, por haberlo nombrado vicario parroquial de Santa Agatha, la iglesia en la que también celebra misa Mons. Silvio Báez, Obispo Auxiliar de Managua, exiliado en 2019.
Como vicario, explica, el sacerdote apoya “en la evangelización con los grupos parroquiales, animadores, celebro los sacramentos, y ayudo en la atención a fieles en la oficina y visito a los enfermos”.
“Ha sido muy difícil adaptarse, siempre quedó la nostalgia de no haberme despedido de mi parroquia, ni los fieles de mí, su párroco. Gracias a Dios hemos encontrado sacerdotes y obispos que nos han abierto las puertas de sus parroquias. Obispos que, como buenos pastores, nos han escuchado y abierto su corazón como ha sido para mí Mons. Thomas Wensky”, comparte el presbítero.
La Iglesia Católica perseguida en Nicaragua
Al ser preguntado sobre lo que sabe de la persecución actual de la dictadura de Ortega y Murillo contra la Iglesia Católica en su patria, el P. Román resalta que “los fieles católicos no dejan de ir a Misa, llenar los templos en Semana Santa, fiestas patronales y en días Domingo. La gente sigue rezando y no pierde su esperanza por tiempos mejores”.
Todo esto, precisa el sacerdote, pese “al asedio, infiltraciones en las parroquias, prohibiciones para que en Misa no se realice ‘la Oración de los fieles’ y se exija a los sacerdotes enviar la homilía a los cuarteles de la policía para ser revisadas. Están además prohibidas las procesiones y reuniones de grupos de oración en los hogares”.
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua prohibió en los últimos años más de 16.500 procesiones y actos de piedad, y ha perpetrado 1010 ataques contra la Iglesia Católica.
Así lo indica la séptima entrega del informe Nicaragua: Una Iglesia perseguida de la abogada e investigadora en el exilio, Martha Patricia Molina, dado a conocer el 27 de agosto.
El Papa León XIV y Nicaragua
El sábado 23 de agosto, el Papa León recibió en el Vaticano a tres obispos de Nicaragua en el exilio: Mons. Silvio Báez; Mons. Isidoro Mora, Obispo de Siuna; y Mons. Carlos Herrera, Obispo de Jinotega y presidente del episcopado nicaragüense.
Mons. Báez contó en X que él, sus hermanos obispos y el Papa León XIV hablaron ”largamente sobre Nicaragua y sobre la situación de la Iglesia en particular”
El Santo Padre, dijo el prelado, lo “animó a seguir adelante con mi ministerio episcopal y me confirmó como Obispo Auxiliar de Managua. Agradezco de corazón su acogida tan fraterna y sus palabras tan esperanzadoras”.
Sobre el encuentro de los obispos y León XIV, el P. Román dijo a ACI Prensa que “el Papa manifestó su cercanía con el pueblo nicaragüense y con la Iglesia. Indudablemente ha sido ésta una visita que nos anima mucho. El Papa es conocedor de nuestra realidad latinoamericana”, considerando además sus muchos años de misionero y obispo en Perú.
¿Cómo ayudar a la Iglesia en Nicaragua?
El vicario parroquial de Santa Agatha contó a ACI Prensa que “un día alguien me dijo: ‘búsquese un obispo benévolo’. Ese obispo ya lo he encontrado” en el Arzobispo de Miami, que también ha recibido de buen gusto a Mons. Báez.
“Doy gracias a muchos nicaragüenses y personas de otras nacionalidades que me han acogido y haciéndome parte de sus familias”, añadió el sacerdote.
Sobre cómo los fieles pueden ayudar a los católicos en su patria, el sacerdote respondió: “Orando por esta Iglesia que peregrina en Nicaragua, incluyéndonos en la oración de los fieles en todas las parroquias y que los medios católicos y de buena voluntad sigan denunciando la injusticia que vive el pueblo nicaragüense y la persecución de la Iglesia”.






