
«Emergency Lawyers Group», el equipo de abogados sudaneses que documenta las violaciones de derechos humanos, denuncia la matanza causada por un ataque aéreo de las fuerzas armadas sudanesas. El equipo pide una investigación independiente para poner fin a los ataques contra la población civil y garantizar que los responsables de los crímenes rinden cuentas ante los tribunales internacionales
Noticias del Vaticano
Una horrible masacre, con cientos de civiles muertos y decenas de heridos graves. Este es el balance del ataque aéreo llevado a cabo por las fuerzas armadas sudanesas contra la ciudad-mercado de Tora, en el norte del Darfur, y que constituye una «violación flagrante de los derechos humanitarios internacionales y un crimen de guerra sistemático en virtud de los Convenios de Ginebra y del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional».
La denuncia de la masacre, que se supone que tuvo lugar el lunes, pero que aún no ha sido confirmada por fuentes independientes, entre otras cosas debido a la interrupción de las telecomunicaciones en todo el Darfur, procede del Emergency Lawyers Group, un colectivo de abogados sudaneses prodemocráticos, que lleva documentando las violaciones de los derechos humanos desde el comienzo de la guerra en Sudán en abril del 2023.
Un ataque deliberado contra civiles
Estas masacres, reza un post publicado por el equipo en X, «reflejan un ataque deliberado contra civiles y exigen que se tomen medidas», porque es «urgente poner fin a la impunidad», escriben los abogados, que piden una investigación independiente para detener los ataques contra civiles, pero también «para garantizar que los responsables de estos crímenes rindan cuentas ante los tribunales internacionales».
También pide «medidas legales urgentes para procesar a todos los implicados en la emisión y ejecución de las órdenes de bombardeo» e imponer «sanciones a los responsables de estas graves violaciones». A continuación, el Emergency Lawyers Group acusa directamente a las Fuerzas Armadas sudanesas del crimen, asegurando que seguirá documentando los crímenes y trabajando «para llevar a los responsables ante la justicia, afirmando el principio de no impunidad y garantizando la justicia para las víctimas».
La violencia del conflicto
Desde abril del 2023, Sudán es escenario de una encarnizada guerra entre las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FPR), dirigidas por el general Mohamed Hamdane Daglo, y el ejército, dirigido por el general Abdel Fattah al-Burhane.
«En estos dos años – explica a los medios vaticanos Alda Cappelletti, Senior Humanitarian Advisor di Intersos, que acaba de regresar del Daruf – la población civil ha soportado muchísimos ataques. Es un conflicto violento que, desde el principio, ha tenido como objetivo a la población civil, y no sólo en Darfur, que es uno de los epicentros del conflicto, sino también en muchas otras zonas del país. La población civil siempre ha sido objetivo de bombardeos, ataques directos pero perpetrados con drones, y muy a menudo también sobre una base étnica, por ambas partes, ya sea el ejército regular sudanés o las fuerzas del Rsf».
Terribles atrocidades
Las infraestructuras del país han quedado completamente destruidas, las comunicaciones están totalmente interrumpidas, cientos y cientos de desplazados intentan encontrar refugio cada día. «Estamos acostumbrados a pensar que se trata de un conflicto entre dos facciones que se disputan el poder – continúa Cappelletti – pero en realidad hay numerosos grupos armados aliados con uno u otro de los principales actores que controlan el territorio».
El Darfur, concretamente, ha sido escenario de algunas de las mayores atrocidades, como esta última, de las que se acusan mutuamente el ejército y la Rsf. Según las cifras facilitadas por la Organización internacional para las migraciones, los combates de la semana pasada en el norte de Darfur desplazaron a unas quince mil familias en 48 horas.