Ex rehenes israelíes piden un acuerdo inmediato para liberar a prisioneros en Gaza

Tras el encuentro con el Papa, seis hombres y mujeres retenidos por Hamás se reunieron con periodistas y representantes de medios de comunicación italianos en una rueda de prensa en la sede de la Ucei. De todos ellos la petición: «Debe alcanzarse inmediatamente un acuerdo para la liberación de todos los secuestrados».
 

Roberto Paglialonga – Ciudad del Vaticano

Los rostros y las miradas todavía marcadas por el sufrimiento de aquellas semanas de cautiverio, las palabras conmovidas al relatar las historias de los días (casi 60 para algunos, más de 120 para otros) pasados «arrancados» de sus casas y familias. Y los pensamientos se volvían siempre hacia los que -deben ser 101- siguen presos en Gaza después de más de 400 días. Así es como seis rehenes israelíes, secuestrados por Hamás el 7 de octubre de 2023 y liberados casi todos en noviembre del mismo año durante la única tregua entre Hamás e Israel desde el inicio del conflicto, se han presentado esta tarde, 14 de noviembre, en una conferencia con representantes de la prensa y los medios de comunicación italianos en la sede de la Unión de Comunidades Judías Italianas (Ucei). Un encuentro que siguió a la audiencia de esta mañana en el Vaticano con el Papa Francisco, a quien todos quisieron agradecer su amabilidad, por haberlos escuchado y asegurarles su cercanía.

La petición de traer a casa a todos los secuestrados

De todos -a sus espaldas las fotos de los familiares que permanecen cautivos con las palabras «Tráiganlos a casa», que ahora destacan en cada manifestación pública en las calles y plazas de Israel-, ninguna palabra de odio o venganza. Sino una exigencia firme y apremiante: que se llegue pronto a un acuerdo que pueda conducir a la liberación inmediata de los que siguen en manos de los islamistas dentro de la Franja.

Historias y palabras de antiguos prisioneros

El embajador de Israel ante la Santa Sede, Yaron Sideman, agradeció también al Papa la audiencia privada concedida esta mañana a la delegación y el aliento y las oraciones que les aseguró, y reiteró que una de las prioridades ahora es «traer a casa a los secuestrados». A continuación, Elena Troufanov, de 50 años, ciudadana israelí y rusa, residente en el kibutz de Nir Oz, uno de los más atacados el 7 de octubre, relató su secuestro y cómo sólo una vez liberada se enteró del asesinato de su marido. Su hijo, Sasha, cuya foto sostuvo en sus manos durante toda la conferencia, sigue cautivo, y ayer se difundió un vídeo suyo.

Louis Har, israelí-argentino, trasladado con toda su familia desde el kibutz de Nir Yitzhak, expresó su consternación «por el hecho de que un atentado así pueda tener lugar dentro de nuestro país». «Pasé 129 días en el infierno (el único que fue liberado, junto con el hermano de su compañero, Fernando, en una operación militar de las FDI en Rafah entre el 11 y el 12 de febrero de 2024, ed) – pero no puedo olvidar a los que siguen secuestrados». Por ello, «debemos hacer todos los esfuerzos para que haya negociaciones que traigan a todos a casa», añadió, recordando cómo en los momentos de la liberación la sensación «era la angustiosa de volver a ser capturado, hasta que comprendes que los que están en ese momento en realidad quieren salvarte».

Gaya Calderón habló en lugar de su hermana, Sahar, de 17 años, liberada junto a su hermano Erez, de 12. «Nuestro padre Ofer sigue allí, en alguna prisión de Gaza. Mi hermana lo vio y lo encontró demacrado, delgado y desesperado». Por eso, su petición es contundente: «La única manera es llegar a un acuerdo ahora, inmediatamente, para que liberen a los 101 rehenes».

Sharon Lifshitz es hija de Yocheved, fotógrafa de 86 años, que fue secuestrada con su marido y se hizo famosa porque estrechó la mano de su captor al ser liberada. Su cónyuge, Oded, sigue en manos de los islamistas. «La nuestra en Nir Oz es una comunidad pequeña», comenzó Sharon, hablando en nombre de su madre, y sin embargo «hemos perdido a 57 miembros, mientras que otros 29 siguen detenidos». Después, la expresión de gratitud al Papa que, «al igual que mi padre, siempre se ha comprometido a intentar crear un mundo mejor en el que todos puedan vivir con dignidad». La suya es una familia de activistas por la paz, comprometida con el voluntariado. Yocheved, dijo por ella su hija Sharon en respuesta a una pregunta, se reunió con el ex dirigente de Hamás Yahya Sinwar -muerto en una operación militar israelí en Rafah el 16 de octubre- dos o tres días después del secuestro, y le preguntó «por qué les hacían todo ese daño a ellos, que son gente pacífica, pero sin obtener respuesta». Elena Toufanov también admitió que le había visto un par de veces, porque «a veces pasaba por el túnel junto a la habitación donde nos alojábamos». Ambos pidieron que «se llegue a un entendimiento ahora, antes de que llegue el invierno». 

Antisemitismo y odio al otro

A continuación, en el espacio dedicado a las preguntas, se tocó el tema de la violencia sexual, que los ex rehenes reconocieron no haber sufrido, aunque conocen historias de quienes la padecieron; así como el antisemitismo, con episodios que vuelven con cierta frecuencia también en Europa. «El antisemitismo -dijo Sharon Lifshitz- es la incapacidad de distinguir entre las personas, los judíos como tales, y las posibles decisiones políticas que a uno no le gusten. No estoy en absoluto de acuerdo con ciertas acciones de nuestro gobierno, salgo a la calle constantemente para protestar contra él junto con mi madre, y sin embargo, ¿por qué se me debería considerar un agente del ejecutivo?» Nuestro «enemigo es el odio hacia los demás», dijo, «incluso el que se filtra a través de las redes sociales, y esto es devastador».

El regalo para el Papa

Preguntados por si tenían nuevas esperanzas tras la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, todos coincidieron en que «no importa quién esté en la Casa Blanca: lo importante es que todo el mundo trabaje para poner fin a la guerra y llegar a un acuerdo». Desgraciadamente, continuó Lifshitz, «hay un “tango” que dura desde hace muchos años entre Hamás y Netanyahu, y estamos pagando el precio». Pero hoy, concluyó Har, que llevó al Papa un regalo como signo de esperanza para el próximo Jubileo y para la paz, «nada es más importante que traer a casa con vida a nuestros seres queridos».

  • Luciano Gonzalez

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