Evangelio según San Mateo 11,11-15.
«Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él.
Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo.
Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan.
Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver.
¡El que tenga oídos, que oiga!»
“Todos los profetas, lo mismo que la Ley, hasta Juan profetizaron.” (Mt 11,13)
Así como el propietario en el evangelio de Lucas va a ver por tres veces la higuera estéril , así la Santa Madre Iglesia señala cada año el advenimiento del Señor por un período distinto de tres semanas. “Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.” (Lc 19,10) Vino antes que la Ley ya que por la razón natural da a conocer lo que cada uno tiene que hacer o seguir. “Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras” (cf Rm 1,20) Ha venido bajo la Ley en los ejemplos de los patriarcas y en la voz de los profetas. Ha confirmado a la descendencia de Abrahán los decretos de la Ley. Ha venido una tercera vez después de la Ley, por la gracia, para llamar a los paganos, para que “de la salida del sol hasta su ocaso, sea loada el nombre del Señor.” (cf Sal 112, 1-3 En efecto, todo lo que se anuncia en los libros santos por las palabras, revela por los hecho y establece por los ejemplos la venida de Jesucristo, Nuestro Señor… Por prefiguraciones auténticas y manifiestas –por el sueño de Adán, por el diluvio de Noé, por la justificación de Abrahán, por el nacimiento de Isaac, por la servidumbre de Jacob—en los patriarcas es el mismo Señor quien engendra, lava, santifica, elige o rescata a la Iglesia. En una palabra, el conjunto de profecías, la manifestación progresiva del plan secreto de Dios, nos ha sido dado para conocer su encarnación futura… Cada personaje, cada época, cada hecho proyecta como en un espejo la imagen de su advenimiento, de su predicación, de su pasión, de su resurrección y de la asamblea en la Iglesia… Comenzando por Adán, punto de partida de nuestro conocimiento del género humano, vemos anunciado desde el origen del mundo aquello que llega a su plenitud total en el Señor.






San Hilario (c. 315-367)
obispo de Poitiers y doctor de la Iglesia