El Santo Padre se reúne con los formadores y seminaristas de las diócesis españolas de Valencia, Orihuela-Alicante, Segorbe-Castellón, Mallorca, Menorca e Ibiza. El Pontífice les reitera su solidaridad tras el dramático paso de la DANA: «Es la extrapolación de lo que vive cada ser humano que se enfrenta a una pérdida y se siente solo, desubicado, necesitado de apoyo para poder continuar».
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
«No me es fácilexpresarles mis sentimientos, pensando en las Navidades seguramente atípicas con esa vivencia de que ‘Dios se ha hecho barro’ en ustedes». El Papa Francisco comenzó con estas palabras su encuentro, este jueves 30 de enero de 2025, con los formadores y seminaristas de las diócesis españolas de Valencia, Orihuela-Alicante, Segorbe-Castellón, Mallorca, Menorca e Ibiza.
En su breve saludo, pronunciado en español, el Santo Padre se refirió al dolor y al luto provocado por el devastador paso de la DANA en octubre de 2024 por la Comunidad Valenciana y otras regiones españolas. Esta situación nos abre a la esperanza, observó el Pontífice, «pues, obligándonos a tocar fondo y a dejar atrás todo lo que parecía sostenernos, nos permite ir más allá».
“No es algo que podamos hacer solos, es una oscuridad inmensa la que ustedes han vivido y están viviendo. Y pienso en la ayuda desinteresada de tantas personas, los ojos llenos de entrega de la gente, han sido capaces de iluminarnos con la ternura de Dios.”
En este campo, prosiguió el Obispo de Roma, «están llamados a trabajar ustedes». Añadió que «la DANA no es un fenómeno atípico que simplemente esperamos no vuelva a suceder, es la extrapolación de lo que vive cada ser humano que se enfrenta a una pérdida y se siente solo, desubicado, necesitado de apoyo para poder continuar». En este sentido, retomó los pasajes del Libro del Profeta Isaías (61,1) y del Evangelio según San Lucas (4,18):
«Jesús lo dice con toda claridad: ‘para esto he sido ungido —para esto son ungidos ustedes—, para vendar los corazones quebrantados, para proclamar el año de gracia del Señor'».
El Sucesor de Pedro observó que «ya estamos en este Año de Gracia» que él quiso dedicar a la esperanza y enfatizó que la esperanza no es «optimismo». «El optimismo es una expresión light», sentenció Francisco, quien resaltó:
El consejo de Francisco a los formadores y seminaristas
Por ende, el Pontífice subrayó que «ser sacerdote es ser otro Cristo, es hacerse barro en el llanto del pueblo» y les pidió que cuando vean a «la gente rota, porque en Valencia hay gente rota», les entreguen «pedazos» de sí mismos, «como Cristo lo hace en la Eucaristía». Y les exhortó a «darse gratis», ya que «todo lo que tienen lo han recibido gratis» y les instó a no olvidarse de la gratuidad.