El Papa: “La guerra, una herida grave infligida a la familia humana”

Como ya lo hizo con su representante en Ucrania, Francisco envió una carta al nuncio en la Federación Rusa por los mil días del conflicto. “El sufrimiento de los inocentes es una denuncia poderosa contra toda forma de violencia”, escribe el Pontífice, alentando a renovar los esfuerzos diplomáticos para detener su progresión

Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano

El Papa Francisco vuelve a tomar papel y pluma y, al igual que el 19 de noviembre con el nuncio en Ucrania, envía una carta a su representante en la Federación Rusa, monseñor Giovanni d’Aniello. En ella expresa, ante todo, el dolor por una guerra prolongada y extenuante que constituye una “herida grave infligida a la familia humana”, además de alentar “esfuerzos diplomáticos renovados” que frenen el conflicto y conduzcan a la paz.

“Confío en que los esfuerzos humanitarios dirigidos a los más vulnerables puedan abrir el camino a renovados esfuerzos diplomáticos necesarios para detener la progresión del conflicto y alcanzar la tan ansiada paz”

Cercano a quienes sufren

Una paz “tan ansiada” que, a más de mil días desde el inicio de la agresión rusa, parece aún un objetivo lejano. Mientras tanto, en casi tres años de bombardeos, asesinatos, heridas y detenciones, el saldo es de cientos de miles de muertos en el terreno y un torrente de lágrimas derramadas por familias destrozadas. Francisco – quien desde el inicio del conflicto ha promovido el principio de la “equi-cercanía” hacia quienes sufren, tan propio del Papa como pastor de la Iglesia universal y también de la diplomacia pontificia – se hace “intérprete”, tal como escribe, de este dolor.

Un grito de dolor

El dolor “de las decenas de miles de madres, padres e hijos que lloran a sus seres queridos caídos en la guerra o que están angustiados por aquellos que están desaparecidos, hechos prisioneros o heridos, ya sean militares o civiles”.

Su grito se eleva a Dios, invocando paz en lugar de guerra, diálogo en lugar del estruendo de las armas, solidaridad en lugar de intereses particulares, porque nunca se puede matar en nombre de Dios.

Reconstruir la paz

“La dolorosa y prolongada duración de esta guerra nos interpela con urgencia, recordándonos el deber de reflexionar juntos sobre cómo aliviar las penas de quienes la padecen y reconstruir la paz”, escribe el Papa en la carta firmada el 12 de diciembre, en vísperas de la Navidad, pero difundida es sábado 14. “Estamos todos, de hecho, unidos por una responsabilidad recíproca, en el espíritu de la verdadera fraternidad humana”, añade el Pontífice, reiterando su preocupación personal por las “noticias sobre los sufrimientos causados por el conflicto en esa región”.

Los hermanos Karamazov y el sufrimiento de los inocentes

Noticias de ataques y misiles, civiles asesinados bajo las bombas, suministros de armas que se acumulan y un alto al fuego que parece alejarse. Sin embargo, lo que más angustia al Papa es, sobre todo, el sufrimiento de los inocentes. Para denunciarlo, en su misiva recurre a la cultura rusa citando a uno de los autores más queridos por él, Fiódor Dostoyevski, y su obra Los hermanos Karamazov.

En particular, Francisco menciona el diálogo contenido en el capítulo cuarto del Libro V, donde Iván, uno de los hermanos, explica a Alëša que rechaza el mundo de Dios debido al sufrimiento humano, especialmente el de los niños. Una escena que el Papa ha citado varias veces en estos años de pontificado.

Renovados esfuerzos diplomáticos

El Papa Francisco escribe que se une al grito de quienes sufren “con el corazón dolido por las vidas truncadas, las destrucciones y los sufrimientos, y también por la grave herida infligida a la familia humana por esta guerra”.

“Confío en que los esfuerzos humanitarios dirigidos a los más vulnerables puedan abrir el camino a renovados esfuerzos diplomáticos, necesarios para detener la progresión del conflicto y alcanzar la tan ansiada paz”, afirma el Pontífice.

Implorar el don de la paz

Por último, mirando hacia “este camino común”, el Obispo de Roma recuerda en su carta las palabras de “un sabio hombre de Dios, tan querido por el pueblo ruso”, San Serafín de Sarov:

“Adquiere el espíritu de paz y miles a tu alrededor se salvarán”, cuyas palabras también se incluyen en cirílico: Стяжи дух мирен и тысячи вокруг тебя спасутся.

Para concluir, el Papa invita, a través del nuncio d’Aniello, “a todas las personas de buena voluntad a unirse en la oración a Dios, implorando el don de la paz y comprometiéndose a contribuir a este noble objetivo, por el bien de toda la humanidad”.

  • Luciano Gonzalez

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