En la primera asamblea sinodal de las Iglesias en Italia, en la basílica de San Pablo Extramuros del 15 al 17 de noviembre, Francisco dirige un mensaje de aliento para que lo que se ha recogido en los últimos años se traduzca en opciones y decisiones evangélicas, como Iglesia abierta a la escucha del Espíritu. Exhorta a los obispos a ser paternales y amorosos, asumiendo la responsabilidad de lo que se decidirá.
16 de noviembre 2024
Antonella Palermo – Ciudad del Vaticano
Ante un millar de delegados y obispos reunidos en la basílica romana de San Pablo Extramuros -la misma en la que en 1959 Juan XXIII hizo el anuncio del Concilio Vaticano II- para la primera asamblea sinodal de las Iglesias en Italia, que se celebra desde este 15 de noviembre hasta el domingo 17, el cardenal Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana introduce la sesión de apertura leyendo el mensaje del Papa Francisco preparado para esta etapa de la «fase profética», la última parte del trienio del Camino sinodal nacional que incluye la discusión sobre los Lineamenti (el texto que recoge los resultados alcanzados hasta ahora y propone algunas trayectorias prácticas) y la redacción de un Instrumento de trabajo, en vista de la segunda asamblea prevista, de nuevo en Roma, del 31 de marzo al 4 de abril de 2025.
No tener miedo
El Obispo de Roma recuerda el encuentro del pasado mes de mayo en el que se dieron tres indicaciones: seguir caminando, hacer Iglesia juntos y ser una Iglesia abierta. Después hace balance:
“Las síntesis recogidas de las Iglesias locales son testimonio de una vivacidad que se expresa en el camino, en el cultivo de la convivencia y en el estilo de apertura. Son historias en las que ha actuado el Espíritu Santo, señalando las dimensiones prioritarias para poner en marcha determinados procesos, para hacer opciones valientes, para volver a proclamar la profecía del Evangelio, para ser discípulos misioneros. ¡No tengáis miedo de izar las velas al viento del Espíritu!”
Trabajar por opciones y decisiones evangélicas
El Pontífice se refiere a la actitud del profeta que vive en el tiempo con la mirada de la fe iluminada por la Palabra de Dios. Y recuerda una vez más el papel indispensable del Espíritu Santo que ilumina, orienta y hace fecundo el diálogo.
“Se trata, pues, de traducir lo que se ha recogido en estos años en opciones y decisiones evangélicas. Y esto se hace en docilidad al Espíritu.”
Acompañar con paternidad y benevolencia
Actuar a nivel sinodal significa poner a las Iglesias en condiciones de poder «cumplir de la mejor manera posible su compromiso con el país», imitando el estilo de Jesús, que supo comprender los sufrimientos y las expectativas de las multitudes, sus necesidades materiales y espirituales. El Papa pone la obra bajo la bendición mariana e invita:
“Los exhorto, Pastores, a seguir acompañando este camino con paternidad y amor, responsabilizándose con la ayuda de Dios de lo que se decida. Conscientes de la historia de las Conferencias eclesiales que han marcado el camino de la Iglesia en Italia en las décadas posteriores al Vaticano II, guiaréis a las comunidades por el camino de la comunión, de la participación y de la misión.”