En una audiencia con militares del Cuerpo de Transporte y Materiales del Ejército Italiano, en el marco del 70° aniversario de la proclamación de San Cristóbal como su Patrón, el Papa Francisco afirmó que “no existe profesión o estado de vida que no necesite anclarse en valores profundos y que no requiera la protección divina”.
En su discurso pronunciado desde el Palacio Apostólico del Vaticano, el Santo Padre remarcó que cuanto más la propia profesión implica la posibilidad de salvar vidas o perderlas, de ofrecer apoyo, ayuda y protección, “tanto más necesita mantener un elevado código ético y una inspiración que se nutra desde lo alto”.
Para el Pontífice, el hecho de que los militares tengan un santo patrón mártir que dio la vida por Cristo, significa además “comprometerse, en el servicio a la Patria, a actuar con un estilo que coloque en la cima la dignidad de cada persona humana, imagen del Creador”.
Un estilo, continuó, “que se distingue por la defensa de los más débiles y de aquellos que se encuentran en peligro, ya sea por causa de las guerras, de las catástrofes naturales o de las pandemias”.
También subrayó que su labor requiere “implorar del Cielo ese suplemento de Gracia, indispensable para realizar de la mejor manera las misiones que se emprenden”. Significa, en resumen, “reconocer que no somos omnipotentes, que no todo está en nuestras manos y que necesitamos la bendición divina”.
“Ustedes lo saben bien: se vuelven extraordinarios cuando se les llama a intervenir en operaciones de mantenimiento de la paz o a enfrentar las consecuencias de desastres naturales, cumpliendo con tareas de protección civil y actividades logísticas indispensables”, destacó.
A continuación, el Papa Francisco recordó que han brindado su apoyo a los ciudadanos en diversos momentos de emergencia “como terremotos, inundaciones, pandemia”, así como en misiones de paz.
Esto, según el Papa Francisco, implica “ponerse a disposición del bien común, sin escatimar energías y esfuerzos, sin retroceder ante los peligros para cumplir con su misión, que a menudo tiene como resultado la salvación de vidas humanas y puede implicar el sacrificio de la propia seguridad”.
Haciendo referencia a su patrón, recordó que “Cristobal” significa “el que lleva a Cristo”. Por ello, señaló que cuando se comprometen diariamente en ayudar a la población, “sin saberlo, llevan en cierto sentido el estilo de Cristo, que vino para servir y no para ser servido, y que pasó por esta Tierra haciendo el bien y sanando a todos”.
Por último, pidió la intercesión de San Cristóbal para “que los mantenga siempre en estos buenos propósitos”, y concluyó con la “Oración del Conductor”: “Dios omnipotente y eterno, protege y bendice el servicio que rendimos a nuestros hermanos y danos la capacidad de usar nuestros medios también para socorrer y salvar a los necesitados”.